Mensaje de Mons. Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria para el DOMUND 2018
Queridos diocesanos: Nire agur beroena denoi!
El Domund es el día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre, el “mes de las misiones”. Este año es el 21 de Octubre.
Gure Elizak misioen eguna ospatzen du. Egun bat besteen alde bizia eskaintzen ari diren gizon-emakumeak gogoratzeko, horiekin elkartasunean sentitzeko. Besteek bizia ugaria izan dezaten beren bizitza oparotasunez urtzen ari dira. Egin dezagun otoitz horien alde.
El lema del 2018: “Cambia el mundo. Alda ezazu mundua”. En nuestro mundo podemos ver fácilmente cambios superficiales, que dejan las cosas como estaban, y otros que son “a peor”, porque derivan de acciones injustas y que atentan contra la dignidad del ser humano. Eso, si no suponemos, desde la indiferencia, que las cosas no pueden ser más que como son. Frente a esto, los misioneros nos muestran que es posible un cambio “a mejor”, profundo y real. Ellos pueden ser para todos, y en especial para los jóvenes, un referente de compromiso y esperanza; sus vidas constituyen la prueba palpable de que un corazón en el que ha entrado Dios, con toda su novedad y creatividad, puede cambiar el mundo.
Este año el Papa Francisco dedica su mensaje del Domund a los jóvenes puesto que en Octubre se está celebrando el Sínodo de Obispos sobre «Los jóvenes y el discernimiento vocacional». Dice: «También vosotros, jóvenes, por el Bautismo sois miembros vivos de la Iglesia, y juntos tenemos la misión de llevar a todos el Evangelio. Vosotros estáis abriéndoos a la vida. Crecer en la gracia de la fe, que se nos transmite en los sacramentos de la Iglesia, nos sumerge en una corriente de multitud de generaciones de testigos, donde la sabiduría del que tiene experiencia se convierte en testimonio y aliento para quien se abre al futuro. Y la novedad
de los jóvenes se convierte, a su vez, en apoyo y esperanza para quien está cerca de la meta de su camino. En la convivencia entre los hombres de distintas edades, la misión de la Iglesia construye puentes inter-generacionales, en los cuales la fe en Dios y el amor al prójimo constituyen factores de unión profunda». Valora el Papa el voluntariado misionero, que tantos jóvenes viven, como una preparación al don total de sí mismos como misioneros. «Me atrevería a decir que, para un joven que quiere seguir a Cristo, lo esencial es la búsqueda y la adhesión a la propia vocación», concluye el Papa.
Y en nuestra Diócesis este año el Domund se enmarca en la línea 4 del Plan Diocesano de Evangelización que estamos estrenando: «Confesión de fe y compromiso social como Iglesia samaritana». Se inspira esta línea en el número 178 de Evangelii Gaudium:
“Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción evangelizadora. La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás”. Recordar las prioridades 2 y 3 nos puede ayudar: «Impulsar personal,comunitariamente y como Iglesia, un estilo de vida más evangélico, incluyendo propuestas
alternativas para una economía más ética y centrada en el bienestar de todas las personas, como son: una vida austera, comercio justo, consumo responsable y sostenible, inversión ética, responsabilidad ecológica… Y Promover la acogida a las personas empobrecidas como sello distintivo de la comunidad cristiana, trabajando para que cada creyente, y cada grupo al servicio de la caridad, las valore en su dignidad como personas, y no sólo como sujetos de
necesidad».
Estas concreciones suponen vivir en comunión con los misioneros y su labor. Queremos colaborar con la tarea evangelizadora de la Iglesia más allá de las fronteras diocesanas. Tu cooperación es fundamental para que muchos proyectos se puedan llevar a cabo.
Con toda la Iglesia quiero rezar en este día:
«Señor, ayúdame a cambiar para cambiar el mundo. Necesito renovar el corazón, la mirada, mis modos de hacer, para no terminar en un museo. Y no es solo renovar lo viejo: es permitir que el Espíritu Santo cree algo nuevo. Señor, vacíame de mis esquemas para hacer sitio a tu Espíritu y dejar que sea Él quien haga nuevas todas las cosas. Él nos envía, nos acompaña, nos inspira; Él es el autor de la misión, y no quiero domesticarlo ni enjaularlo. Haz que no tenga miedo de la novedad que viene de Ti, Señor Crucificado y Resucitado. Que mi misión sea comunicar tu vida, tu misericordia, tu santidad. Enséñame a amar como Tú para
cambiar el mundo. Amén.
Osotasunean bizitzeko zerbitzuan bizitzea ez da erraz irenstekoa. Dena den, DOMUND egunak, pertsona askok horrela ulertu dutela eta beren bizitza horrela eskaintzen dutela gogoratzen digu. Jesusek ereindako hazia emankorra zen… eta indarrez erne da!
Con todo mi afecto y a vuestra entera disposición
+ Juan Carlos Elizalde
Obispo de Vitoria
Deja una respuesta