Mons. Gonzalo López Marañón, en una visita a la delegación de Misiones en Bilbao.
Ayer sábado, 7 de mayo, falleció, a los 83 años de edad, Mons. Gonzalo López Marañon en Luena –Lwena-(Ángola). Nacido en Medina de Pomar (Burgos), profesó en el Carmelo Teresiano el 13 de agosto de 1950, en El Burgo de Osma y fue ordenado de presbítero el 6 de abril de 1957, en Burgos.
Destinado en 1970 como Prefecto Apostólico de la Misión Carmelita de San Miguel de Sucumbíos (Ecuador) permaneció en servicio misionero durante 40 años, primero como Prefecto Apostólico, desde 1970 a 1984, y, una vez consagrado obispo el 8 de diciembre de 1984, como Vicario Apostólico en esa misma diócesis de la Amazonía ecuatoriana. Tras retirarse en Ecuador, quiso seguir viviendo y sirviendo a la Iglesia misionera y trabajo como misionero en Ángola, en Cazombo, diócesis de Luena, provincia de Moxico, hasta su fallecimiento.
Las comunidades de Lago Agrio-Sucumbíos, le recuerdan con un gran cariño “Compartió con nosotros más de 40 años de su vida sacerdotal como misionero y obispo vicario apostólico de Sucumbios. A su querida ISAMIS consagró su vida y sacerdocio. Impulsó un nuevo modelo de iglesia, acompañó al pueblo en su lucha diaria por conseguir el desarrollo, fue un testigo fiel de Jesús, vivió el Evangelio de manera radical. Se dio a los demás sin reservas”. Desde dichas comunidades resaltan que siempre promovió la paz, la solidaridad, el amor fraterno y la igualdad. “Vivía los valores del Reino y consagró su vida para construir el reino de Dios, ese Reino de paz y justicia”.
Quienes estuvieron cerca de él destacan que “fue un gran impulsor de las comunidades cristianas y del papel del laicado en la evangelización y apoyó a los indígenas y trabajadores ante las grandes multinacionales del petróleo». Siempre se sintió muy cercano al grupo Misionero Vasco en Ecuador, con quienes mantuvo buena relación en el tiempo y hace unos años les visitó en las Procuras de Gasteiz y Bilbao, cuando quería ir a Angola como misionero retirado.
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