Han pasado tres meses desde que el terremoto sacudiera al Ecuador. Actualmente la tierra sigue temblando y también sus gentes. Esta misma semana se registraban nuevos temblores de gran intensidad. En todo este tiempo nos hemos sentido muy cercanas y cercanos a aquel pueblo tan querido por nuestras diócesis vascas que también han sacudido su solidaridad para contribuir en la reconstrucción.
Juan Ramón Etxebarria y Juan Carlos Pinedo han viajado en distintos momentos porque querían llevar nuestra cercanía y solidaridad a las comunidades de Manabí quienes lo han valorado y agradecido. También entre las niñas y niños han circulado corrientes de solidaridad.
Reproducimos aquí algunas cartas escritas por los niños y niñas de la escuela de Piquigua (San Isidro) de Ecuador a los niños y niñas de la ikastola de Izarra (los nombres son ficticios por cuestiones de protección de datos, pero los textos son reales).
“¡Hola Joseba!
… El 16 de abril fue el terremoto. Yo estaba con mi familia en mi casa. Nuestra casa se cayó. Estamos viviendo donde una tía. No podemos ir a la escuela porque también se destruyó.
Me alegra saber que niños de otros países se interesan por saber de nosotros.
Saludos.”
José
“¡Hola Maitane!
Mi nombre es Jenny. Estoy viviendo en una cabaña rodeada de plástico. Vivo tierra a tierra porque mi casa se cayó y se partió la tierra donde vivíamos.
Somos seis hermanos. Cuatro mujeres y dos hombres…
Estoy muy asustada por el terremoto que hubo acá en Ecuador, pero gracias a Dios a mi familia no le pasó nada, sólo daños materiales. Pero eso no importa porque eso se recupera….
Me da gusto conocerte por medio de una foto. Sabes, que eres una niña muy alegre- Cuídate mucho y a tu familia también.”
Jenny
“¡Hola Izaro!
Mi nombre es María . Vivo en San Miguel de Piquigua, un pueblo de la parroquia de San Isidro. El lugar donde se encontraba mi casa se partió con el terremoto del pasado 16 de abril.
Orita estoy habitando en un terreno de mi papá que hizo replanar para hacer un albergue, para más después construir nuestra casa allí.
Tengo muchas ganas de ver a la niña que se acordó de nosotros.
Chao. Espero conocerte. Gracias amiga.”
María
Deja una respuesta