Alfredo Beltrán de Otálora, misionero en Angola (Brito Godins – Malanje, desde el año 1967 hasta la independencia de Angola en el año 1975), acaba de publicar un libro de proverbios del pueblo Bantu, en Kimbundo y Portugués llamado: “Jisabu ja Kiuaba Nzoji – Provérbios de Xirimbimbi”
En el Norte, se aprecian las riquezas del Sur, materias primas a las que se les da una avariciosa acogida en pro del progreso, en lucha por la excelencia tecnológica y en busca de inteligencia para bien de quien corresponda.
Desde el mismo Norte, hay quienes braman contra el aluvión de poblaciones del Sur, que huyen del hambre, de la miseria, de la moderna esclavitud y de la muerte, buscando VIDA en el rico y deslumbrante Norte. Y se les quiere negar el derecho a buscarse el pan y a vivir dignamente e, incluso, hasta el derecho a emigrar.
Sin embargo, las migraciones siempre han sido y son una constante de las agrupaciones humanas y, conocida la historia de los pueblos, son recurrentes e inevitables. Las causas son múltiples y a veces convergentes: desde la necesidad y la penuria hasta la ambición, la conquista y el dominio. Basta repasar la historia tanto nuestra como ajena para constatar que se trata de un denominador común a todos los pueblos, a pesar de los pesares. A pesar especialmente de la ignorancia y de la perversión de quienes niegan esa realidad y pretenden aniquilar un hecho constantemente repetido y, por ende, un derecho practicado desde la Prehistoria, aunque –reconozcámoslo–, para bien o para mal. Se trata de un hecho global, semejante a la expansión de Universo, o a la existencia de ondas gravitacionales que lo equilibran. Con respecto a la inmigración actual que nos afecta, solamente el desconocimiento, la ignorancia o la mala fe pueden explicar esa grave falta de humanidad, que se puede condensar en sabios dichos populares que cuestionan la valoración crítica que hacemos cuando afirmamos que No es oro todo lo que reluce, o que Las tejas tapan mucho.
Pero si Las tejas tapan mucho deformando la Historia que no interesa, las ventanas permiten ventilar la casa y renovar el aire viciado, con la entrada de nuevos aires, saludables y enriquecedores. Algo de eso quiere ser el libro de proverbios angoleños.
La colección de Proverbios de Xirimbimbi[1] (Jisabu ia Kiuaba Nzoji) es un fresco que afloró en una sanzala –aldea– bantú, perteneciente a la rica Tradición oral de los pueblos bantúes, presentes a lo largo y ancho de toda el África subsahariana.
Se trata de un cuerpo de Jisabu –proverbios– que en pueblos con escritura habría sido, a semejanza del Código de Hammurabi en la antigua Babilonia, un Código de Derecho Consuetudinario, administrado e interpretado por los Sabios y presidido por los Ancianos –que son el eslabón más próximo a los espíritus de los antepasados– y además, por otros “sabios”, como es el caso de Manuel Suingi Buta, ciego y buen conocedor de la Tradición oral, de su valor jurídico y de su aplicación a las circunstancias de la vida diaria.
Curiosamente, cosas que en la cultura europea son consideradas discapacidades, es decir, condiciones físicas o mentales que dificultan la inclusión social, en el África subsahariana pueden tener significados totalmente diferentes e incluso opuestos. Por ejemplo: un ciego puede ser maestro y buen transmisor de la Tradición y será considerado sabio. En el polo opuesto, por ejemplo, la vida de un albino, con ausencia congénita de pigmentación, está en peligro, por la creencia de que las partes de su cuerpo poseen riquezas minerales y sirven para curar ciertas enfermedades, lo que pone en peligro la vida de quienes padecen dicha dolencia. Son solo dos ejemplos, entre otros muchos, de las categorías culturales del mundo bantú.
Volvamos a la Tradición oral. En tiempos antiguos, según la Tradición, la autoridad de la sanzala la constituía el Consejo de Ancianos, que dilucidaba y emitía sus fallos a la sombra de una Mulemba –Ficus sycomorus o Higuera-africana– sobre asuntos propios de la sanzala, especialmente los problemas (maka) y situaciones de la vida diaria. En memoria de esa antigua tradición y con ese mismo nombre –MULEMBA–, creamos el Consejo de Ancianos en las sanzalas de Brito Godins, a lo largo y ancho de la Misión.
El libro Jisabu ja Kiuaba Nzoji es, por otra parte, un homenaje al gran Iñaki Olazabal, que se entregó a Angola en la provincia de Malanje, desde la primera expedición de Misiones Diocesanas Vascas a Angola (1959), en los territorios de Bángalas, Forte República (actual Massango) y Brito Godins (Kiuaba Nzoji). Fue en Brito donde Iñaki descubrió a Manuel Suingi Buta, y una vez completada la colección de los proverbios (1969), ambos nos dedicamos a promover su conocimiento en las misiones de Malanje y, a partir de entonces, llevamos a cabo la traducción al kimbundo los nuevos textos litúrgicos establecidos a raíz del Decreto Ad Gentes del Concilio Vaticano II.
Respecto a los Jisabu, esta colección cuyo texto fue transmitido por Buta oralmente, sin soporte físico alguno, ha sido revisada y sometida a un análisis filológico, gracias al cual se han podido detectar y remediar errores de importancia, especialmente de carácter fonético pero con importantes ajustes semánticos; y ha sido escrita en honor de y para un pueblo, una cultura, cuyos habitantes pertenecen al antiguo Reino del Congo, cuya existencia e historia están documentadas desde los siglos XIII y XIV, y cuyo contacto con los portugueses se inició al final del siglo XV (año 1482); este Reino, como otros muchos pueblos en el mundo en la época de descubrimientos y conquistas, han conservado sus lenguas, usos y costumbres; y, en sentido opuesto, han sufrido experiencias imperiosamente asociadas a la conquista, colonización, descolonización y posterior neocolonialismo: dominio, esclavitud, asimilación y explotación. En el mejor de los casos, bajo el engañoso paraguas de multiculturalismo.
¡Vaya este trabajo en memoria de los pueblos bantúes!, para que no caiga en el olvido la INTERCULTURALIDAD, basada en el respeto mutuo y en el intercambio cultural, de igual a igual, frente al proclamado multiculturalismo, en el que siempre se impone la cultura dominante. De eso sabemos algo.
No se trata de mitificar ni de superponer una lengua a otra o una cultura a otra. Ni de resaltar aspectos positivos o negativos: por ejemplo, una lengua llegada de fuera con respecto a la nativa –despreciada como lengua de macacos– para resaltar la inferioridad del contrario. Ni se trata de aportar listas o catálogos comparativos de virtudes o deficiencias Ni siquiera de comparar o calificar los contenidos socioculturales mediante la aplicación de principios generales a la cultura analizada sin tener en cuenta el contexto adecuado, ni aplicar criterios epistemológicos que no estén basados en una Epistemología del Sur.
Como propone Boaventura de Sousa Santos[2], catedrático de Sociología en la Universidad de Coímbra, toda experiencia social requiere una epistemología adecuada, … sobre las condiciones de lo que cuenta como conocimiento válido.
Una epistemología del Sur basada en tres orientaciones:
aprender que existe el Sur;
aprender a ir hacia el Sur;
a partir del Sur y con el Sur.
En toda valoración ajustada a la realidad es imprescindible librarse del cualquier rastro de etnocentrismo, habitual y recurrente en la valoración que los humanos hacemos de lo ajeno. Y eso es habitual en nuestras manifestaciones con respecto a todo lo que no sea yo y lo nuestro. Este es el primer principio que deberíamos tener presente si queremos ser realmente humanos y solidarios con ellos, los otros.
Finalmente, una explicación sobre los motivos por lo que los Jisabu han sido editados en kimbundo y portugués:
- Surgieron en Brito Godins (Malanje), por deferencia de Manuel Suingi Buta que los transmitió sin reservas u ocultaciones de algún que otro contenido, que entraban dentro de lo considerado sagrado e íntimo y no era normal darlo a conocer a personas extrañas.
- Son propiedad de los bantúes de una pequeña aldea, en concreto de una sanzala de Brito Godins (Kiuaba Nzoji); pertenecen y deben regresar a su lugar de origen.
- Si hay algún lugar donde pueda interesar como parte de su acervo cultural, ese es Malanje y, en general, los que tienen el kimbundo como lengua propia.
- Respecto a los castellanoparlantes, no parece difícil entender el portugués escrito; más concretamente, la traducción y mensaje de los refranes: es bastante asequible por su proximidad al castellano, especialmente en lo que al léxico se refiere. Eso no es óbice para que un día pueda realizarse su traducción tanto al castellano como al euskera.
Ad maiorem BANTUum gloriam
Alfredo Beltrán de Otalora
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[1] Jisabu ja Kiuaba Nzoji | Provérbios de Xirimbimbi. Malanje (Angola). © 2024 Alfredo Beltrán de Otalora. Edición bilingüe –kimbundo-portugués–, destinada al mundo bantu-portugués. Próxima edición digital en formato PDF.
[2] SANTOS, Boaventura de Sousa (1995). Citado en Epistemologías del Sur (Perspectivas). Ediciones Akal, S.A. Madrid, 2014 (pág. 7). Para la imprescindible aplicación de una Epistemología del Sur son dignas de tener en cuenta, además de la aquí referida, las siguientes obras citadas en la Bibliografía del libro: KI-ZERBO, Joseph, Historia del África Negra. De los orígenes a las independencias. Biblioteca de Estudios Africanos. Edicions Bellaterra. Barcelona, 2011; y MBEMBE, Achille. Crítica de la razón negra. Ensayo del racismo contemporáneo. Ned Ediciones. Barcelona, 2016.
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