Ayer jueves tuvo lugar, en la sala BBK de Bilbao, el acto de entrega de la XXIII Edición de los Premios a la Solidaridad otorgados por la Fundación Menchaca de la Bodega, que en esta ocasión han dedicado una mención especial a la labor desarrollada por nuestras Misiones Diocesanas Vascas, en su 75 aniversario.
El galardón fue recogido por Feli Martín, directora de la delegación de Misiones Diocesanas de Bilbao, en representación de las tres diócesis vascas, que también estuvieron presentes en la ceremonia.
En su intervención, Feli rememoró los inicios de «esta aventura misionera, solidaria y vital» que fue creciendo y extendiéndose por la costa ecuatoriana y otros lugares de América Latina: Venezuela, Chile, Brasil y también por tierras africanas: Ruanda Zaire (hoy República Democrática del Congo) y Angola «aventura -dijo- que, de alguna manera nos ha ido confirmando en nuestra vida eclesial y, en muchos casos, también personal, que nos ha ido nutriendo todos estos años de historia, proyectos y relaciones». Martín señaló que, hoy en día, también el compromiso misionero está grabado en el corazón de nuestras comunidades cristianas. «Mas de siete décadas después, las tres diócesis de Euskadi seguimos fortaleciendo la misión. Los empobrecidos de la tierra nos siguen llamando al compromiso misionero». Afirmó que nuestra Iglesia es misionera y debe ser y vivir misionera. «Las Misiones Diocesanas han sido y siguen siendo un regalo para nuestras diócesis».
Joseba Segura, obispo de Bilbao y obispo delegado de Misiones Diocesanas Vascas, en el vídeo de presentación, habló de sus años como misionero en Ecuador. “Esa experiencia me ha marcado, en el sentido de que yo soy una persona diferente, un cura diferente y probablemente un obispo distinto, porque he tenido la oportunidad de vivir allí y de aprender con la gente de allí, de ver cómo se desenvuelven en situaciones muy difíciles. Gente que no tiene muchos apoyos de otro tipo y que solamente se levantan cada día a luchar en la vida”.
Personas galardonadas
En esta edición la Fundación Menchaca ha querido reconocer en las personas premiadas, el trabajo y compromiso en el cuidado y atención a las personas enfermas terminales, al trabajo en favor de mujeres vulnerables de los países del Sur y la atención de las personas sin hogar. Las personas galardonadas han sido: Marije Goikoetxea, doctora en Derechos Humanos, profesora de la Universidad de Deusto, psicóloga y teóloga que trabajó durante muchos años en el ámbito de la Pastoral de la Salud de nuestra Diócesis. Además, han sido reconocidos Jaime Bernar, impulsor de la ONG Zabalketa; María Jesús Torre, Felisa Estefanía y Arcadio Pinto, voluntarios en la atención a personas sin hogar de Lagun Artean y Jesús Perez Arrospide (Periko), ex director de Bienestar Social del Gobierno Vasco, impulsor de la SMI (Salario mínimo de inserción) en Euskadi y voluntario de diversas ONGs.
Marije Goikoetxea y Feli Martín
El acto, presentado por la periodista Almudena Cacho, estuvo presidido por la consejera de Igualdad, Justicias y Política Sociales del Gobierno Vasco, Nerea Melgosa, que en su intrervención, afirmó que «vivimos en un momento convulso, pero esperanzador» y que ahora, «más que nunca» es precisa la solidaridad.
Representación misionera de las diócesis de Bilbao, San Sebastián y Vitoria
Marije Goikoetxea, al recoger su galardon dió las gracias a la Fundación Menchaca de la Bodega «por considerar que cuidar y acompañar bien a las personas, cuando lo necesitan, merece ser reconocido». También señaló que suponía una afortunada casualidad, coincidir con el día en que se reivindicaba «El derecho colectivo al cuidado. Para avanzar en los derechos, tanto de las personas cuidadas como de las que les cuidan» .
El voluntariado de Lagun Artean, agradeció el premio y recordó los orígenes de la asociación que en este año cumple 40 años. «El voluntariado -afirmaron- es la piedra angular de Lagun Artean. Hemos recibido mucho a cambio de ser voluntarios o voluntarias. Es enriquecedor».
Al concluir el acto, los asistentes pudieron compartir impresiones al tiempo que compartían el lunch, preparado por la empresa de inserción laboral Peñascal kooperativa
Deja una respuesta