El itinerario del viaje a Congo, del obispo de Bilbao y delegado para Misiones Diocesanas Joseba Segura, llega a los últimos días.
La última parada ha sido Mufunga, donde el obispo celebró la eucaristía como cada día. Salvo la homilía que fue en castellano traducida al francés, el resto de la misa se desarrolló en Kisanga, la lengua local. El obispo preparó la eucaristía el día anterior, con el párroco de Mufunga para poder expresar lo que leía con fluidez y buena entonación. «La ventaja del Kisanga es que se lee tal y como se escribe, las vocales son las mismas que en español». señala Iriarte. En Likasi hizo lo mismo en Swahili.
En Mufunga, además de visitar el hospital, recibieron el agradecimiento de dos grupos de mujeres con los que colabora la fundación: las Maman Catholiques y la Twende Nbele. Ambas realizan trabajos de promoción social para personas vulnerables. Le regalaron al obispo una camisa confeccionada por ellas para la ocasión.
Los diferentes comités de la Association Les Amis de Mufunga organizaron un evento de agradecimiento, en el que dieron cuenta con testimonios de unos y otros, de los 27 años desde que se comenzó a becar por parte del misionero vizcaíno Luis Mari Gerrikagoitia a los primeros jóvenes para que pudieran cursar estudios universitarios. Hoy hay doctores, psicólogas, profesores y profesoras. La educación es un pilar para el desarrollo humano.
Durante todo el viaje, el obispo Joseba e Iñigo Iriarte han estado acompañados por Margarita Robles, terciaria capuchina, venezolana, que está en Lubumbashi, pero ha sido destinada a Kansenia.
Hoy concluye este viaje en el que el obispo ha podido conocer la gran labor que realizan día a día los misioneros y misioneras en este país africano con el que nos unen vínculos muy fuertes.
La Misión continúa en cada congoleño y congoleña, en cada catequista, en cada misionera y misionero, …
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