A mediados de diciembre se nos fue Gloria con 68 años. Los amigos cercanos ya sabíamos que se nos iba de un cáncer terminal; ella también lo sabía. Era consciente hasta casi el final. Días antes habíamos hecho una merienda de despedida, su hija Marta, una gran amiga y yo. Antes de la merienda, Gloria y yo estuvimos hablando a solas de todo lo divino y lo humano, de quien había sido ella, de su vivencia en misiones, del sentido profundo de su vida, de la presencia de Dios en su vida, de lo que había supuesto la Iglesia y el clero en su trabajo pastoral, a nivel personal y de equipo. Estaba tranquila y feliz al final del camino, esperando el encuentro definitivo, había merecido la pena. La merienda posterior entre los cuatro mereció la pena, fue una celebración adelantada de lo que sería unos días después en el cielo con Taita Diosito.
Bere nortasunarekin, bere isiltasun eta presentziarekin, bere iritziarekin,
Gloriak bazekien nora zihoan eta nora joan nahi zuen.
Gloria, a los 56 años había tomado una decisión un poco extraña: con un puesto de trabajo, un local de oficina propio, con Marta su hija piloto de avioneta por las islas del Océano Indico, había dejado todo y se había ido en febrero de 2011 de misionera a Ecuador con el grupo vasco, a la provincia de «El Oro», en Santa Rosa, en el barrio del Calderón. Y ahí comenzó su plural andadura misionera, por tres lugares diferentes de América Latina.
Ecuador, Santa Rosa-Calderón; con el grupo vasco: durante tres años. Dentro de un equipo mixto de sacerdotes vascos, y con laicos vascos y ecuatorianos. Trabajo sobre todo con Jóvenes a los que acompañó en grupos de confirmación con muy buenos resultados. Les entendía, los animaba era educadora y maternal con ellos y ellas, compartía su vida, la fe, era factor de unión entre ellos. Y dentro de las CEBs (comunidades eclesiales) fortaleció el trabajo con mujeres.
Selva de Perú: Puerto Maldonado (Quirigeli). Fue durante 4 años responsable y directora de un internado para unos 50 adolescentes de la selva, que pasaban con ella todo un curso, abiertos a la cultura y mundo técnico, responsable de su educación y alimentación. Estaban a 4 días en canoa de toda civilización. Era un puesto de misión de los padres dominicos. Fue su mejor vivencia misionera.
Guatemala. En la costa, junto a un grupo de religiosas, trabajo en la calle con bandas juveniles y drogatas y gente perdida, en plena violencia callejera. Un trabajo pastoral duro, en las periferias de lo humano, durante un año, y al que pensaba volver, pero luego ya no pudo por la salud.
Convivimos en pueblos muy cercanos en Ecuador, nos veíamos los domingos a la noche, alrededor de una tortilla y unas cervezas dos equipos pastorales en la frontera de Ecuador y Perú, los miembros del grupo vasco. Curas, laicos y laicas. Gloria era una del grupo. Era una persona madura, moderna, consciente y crítica pero también serena, muy cercana a la gente. Con su personalidad, con su silencio y presencia, con su opinión. Sabía a donde iba y a donde quería ir. Gracias Gloria, benetan eskerrik asko eta berriz ikusi arte.
Josu López Villalba
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