El levantamiento de la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) y otros sectores populares contra las políticas neoliberales.
Nos siguen llegando testimonios sobre la situación en Ecuador. En este caso es Xabier Villaverde, vitoriano, coordinador del FEPP (Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio), que reside en Quito y fue parte del grupo misionero vasco, en Ecuador, quien nos escribe. En dos capítulos ofreceremos una reflexión, en la que Xabier analiza lo que está ocurriendo:
LA CONTINUIDAD DE UNA LUCHA
No podemos entender lo que está ocurriendo en Ecuador, si olvidamos las movilizaciones y luchas de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) en octubre de 2019, el resultado de las elecciones de 2021 y el juego político que se ha dado en el primer año del gobierno de Guillermo Lasso.
Estos 3 elementos confluyen y se entremezclan, aunque generan hechos y consecuencias diversas. Los analizamos a continuación.
El levantamiento de 2019 se resolvió con una victoria parcial del movimiento indígena que logró la derogatoria del decreto del presidente Lenin Moreno que eliminaba los subsidios a los combustibles y proponía un diálogo abierto con la CONAIE para establecer acuerdos en aras a mejorar la calidad de vida de los pueblos y nacionalidades del Ecuador. Sin embargo, la posterior propuesta de diálogo saltó por los aires, ya que el marco que establecía el gobierno suponía una encerrona contra la CONAIE; la organización no cayó en la trampa y se retiró del diálogo. Dado el carácter alevoso y cínico de Lenin Moreno, aprovechó la coyuntura creada por la pandemia de la COVID 19 para volver a incrementar el precio de los combustibles.
En las elecciones de 2021 pasaron a segunda vuelta Andrés Arauz y Guillermo Lasso. En el proceso se puso de relieve claramente las divergencias entre la organización social, la CONAIE, y su brazo político Pachakutik. Las divergencias se saldaron con la propuesta de asumir “el voto nulo ideológico”, aspecto que, unido a la guerra sucia, las fake news, los errores propios del candidato de la Revolución Ciudadana (los crreistas), el apoyo de todo el sistema mediático y una serie de propuestas demagógicas, hizo posible la victoria de Guillermo Lasso que triunfó con una propuesta claramente neoliberal. De esta forma se pasaba factura a los desencuentros del expresidente Rafael Correa con el movimiento indígena.
A pesar de su victoria Lasso asumía un gobierno débil, el número de asambleístas (parlamentarios) propios era muy escaso y esto generaría dificultades para lograr los cambios legales que quería proponer. Rechazó y traicionó una propuesta de alianza con los social cristianos, su aliado ideológico, y el correísmo y conformó una alianza con “independientes” alquilados, Pachakutik y la izquierda democrática, entregando la presidencia de la Asamblea Nacional a Pachakutik.
Una primera acción del gobierno que fue muy aplaudida por la ciudadanía fue el proceso de vacunación, el único logro positivo en un año de gobierno. Pero inmediatamente comenzó a pasarle factura toda la desinstitucionalización que venía del gobierno de Lenin Moreno y que Lasso había promovido y apoyado.
El caos en las cárceles con casi 400 muertos en hechos violentos en un año y la violencia en las ciudades y provincias de la Costa (Guayas, Manabí, Los Ríos y Esmeraldas) con 1631 muertes violentas entre enero y finales de mayo atribuidas principalmente a sicariato a manos de las mafias del narcotráfico. El Ecuador actual corre el riesgo de convertirse en un “narcoestado” al igual que lo ocurrido en Colombia, incluso desde los EEUU se acusó a varios generales del ejército y de la policía de estar involucrados en actos ligados al narcotráfico. Ni la fiscalía ni el sistema legal hizo nada ante estas denuncias.
El constate incremento de los combustibles generó un encarecimiento de todos los productos, agravando la situación económica de los sectores populares ya muy golpeados por la pandemia y la pérdida de empleo. Por su parte el gobierno inició una campaña de desprestigio de la asamblea, amenazándola con aplicar la llamada “muerte cruzada”[1], si no se aprobaban sus propuestas legales claramente neoliberales.
La controversia entre la organización social de los pueblos y nacionalidades indígenas, la CONAIE, y su teórico brazo político, Pachakutik fue profundizándose, llevando en la práctica a la división al interior del grupo parlamentario, pues una mayoría seguía siendo fiel a su alianza con el gobierno y apoyaba las propuestas de Lasso. A modo de ejemplo podemos indicar que Lasso se libró de las consecuencias por las denuncias en su contra en el caso de los “Pandora papers” gracias al sector gobiernista de Pachakutik.
Mientras tanto la CONAIE en las elecciones de 2021 eligió como dirigente a Leonidas Iza, un joven dirigente que se había destacado en el paro de 2019. Inmediatamente la organización se posicionó en contra de las políticas neoliberales del gobierno.
ANTECEDENTES DEL LEVANTAMIENTO ACTUAL
Una vez iniciado el gobierno de Lasso, la CONAIE propuso al gobierno un diálogo para resolver las principales reivindicaciones que tenía pendientes desde el paro de 2019 con el gobierno anterior. La principal demanda era mantener el precio de los combustibles al valor que estaban en el momento de inicio del gobierno (2,10 USD el galón de gasolina y 1,50 USD el galón de diésel); otras reivindicaciones se relacionaban con la no extensión de la minería ni explotación petrolera en territorios indígenas, etc. Durante un año se mantuvieron los contactos, pero nunca se dio respuesta a estas demandas.
Incluso Lasso se reunió con algunos dirigentes del sector afín de Pachakutik y les ofreció congelar los precios de los combustibles, pero ese mismo día los subió, diciendo que iban a quedar congelados con el nuevo valor (2,55 el galón de gasolina y 1,90 el de diésel).
Esta burla agravó el descontento y se programó el paro para el 13 de junio de 2022 , presentando un pliego de 10 peticiones al gobierno nacional.
LOS 10 PUNTOS DE PETICIONES DEL LEVANTAMIENTO
Los 10 puntos de las peticiones del levantamiento de forma resumida son los siguientes:
- Reducción y no más subida del precio de los combustibles. Congelar el diésel a USD 1,50 y la gasolina extra y ecopaís a USD 2,10.
- Alivio económico para más de 4 millones de familias con la moratoria de mínimo un año y renegociación de las deudas con reducción de las tasas de interés en el sistema financiero (bancos públicos, privados y cooperativas). No al embargo de los bienes como casas, terrenos y vehículos por falta de pago.
- Precios justos en los productos del campo: leche, arroz, banano, cebollas, abonos, papas, choclos, tomate y más.
- Empleo y derechos laborales. Políticas e inversión pública para frenar la precarización laboral y asegurar el sostenimiento de la economía popular. Exigir el pago de las deudas al IESS.
- Moratoria a la ampliación de la frontera extractiva minera/petrolera, auditoría y reparación integral por los impactos socioambientales.
- Respeto a los 21 derechos colectivos: Educación Intercultural Bilingüe, justicia indígena, consulta previa, libre e informada, organización y autodeterminación de pueblos indígenas.
- Alto a la privatización de los sectores estratégicos, patrimonio de los ecuatorianos/as. (Banco del Pacífico, hidroeléctricas, IESS, CNT, carreteras, salud), entre otras.
- Políticas de control de precios y la especulación en el mercado de los productos de primera necesidad.
- Salud y educación. Presupuesto urgente frente al desabastecimiento de los hospitales por falta de medicinas y personal. Garantizar el acceso de la juventud a la educación superior y mejoramiento de la infraestructura en escuelas, colegios y universidades.
- Seguridad, protección y generación de políticas públicas efectivas para frenar la ola de violencia, sicariato, delincuencia, narcotráfico, secuestro y crimen organizado que mantiene en zozobra al Ecuador”.
Xabier Villaverde
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