Tras varios años sin poder realizar el tradicional encuentro misionero, por fín, el pasado sábado, día 7 de mayo, realizamos el encuentro de la Familia Misionera en Urkiola. Quizá por eso Había muchas ganas de reencontrarnos de nuevo, de manera, más o menos normal.
Nos acompañaron durante la jornada el arzobispo de Portoviejo, Monseñor Eduardo Castillo y el obispo de Vitoria Juan Carlos Elizalde.
Más de 65 personas, misioneros y misioneras principalmente, pero también familiares de misioneros y miembros de los grupos de misiones y solidaridad, nos congregamos en los locales de Lagunetxea.
Antonio Madinabeitia fue el encargado de darnos la bienvenida al encuentro de parte del equipo de Urkiola. Nos animó a seguir trabajando por la actualización de la Misión. Así como se hizo con los 50 años de Misiones Diocesanas en los que se agradeció lo vivido, se reflexionó y oró, nos invitó a seguir agradeciendo, orando y reflexionando,puesla Misión, decía, es algo consustancial, somos misioneros.
A continuación, por medio de vídeos escuchamos el saludo de algunos misioneros y misioneras diocesanos, desde Ecuador y R.D. Congo, que entre otras cosas nos transmitieron su agradecimiento por el apoyo a los proyectos, y por sentirse cercanos a las diócesis vascas que les han enviado.
Además contamos con el testimonio presencial de Jose Ignacio Saenz de Eribe, laico de Vitoria que ha estado seis meses en el Vicariato de Aguarico, en Ecuador, así como el del Arzobispo de Portoviejo, que, providencialmente, nos ha visitado en Euskadi durante este fin de semana.
Posteriormente, informamos acerca del encuentro interdiocesano que se celebró en Berriz durante la campaña San José para reflexionar sobre “La Misión hoy” y en imágenes, algunas de las tareas de las delegaciones realizadas en este tiempo .
El encuentro terminó con un video resumen de las principales actividades de las Misiones Diocesanas Vascas de los últimos tres años.
Tras el encuentro, pasamos a celebrar la Eucaristía en el Santuario de Urkiola, presidida por el Arzobispo de Portoviejo en la que tuvimos un recuerdo especial por nuestros misioneros y misioneras fallecidas durante estos tres años.
Para finalizar la jornada, regresamos a Lagunetxea para realizar una comida fraterna en la que niños y mayores pudimos conversar sin prisa de todo lo que nos ha cambiado la vida y las ganas que teníamos de volver a juntarnos en Urkiola.
A continuación, podemos ver las fotos de la jornada.
Deja una respuesta