El pasado sábado nos reunimos en el convento de las Misioneras Mercedarias de Berriz, personas integrantes del grupo Norte- Sur del curso pasado. «La actividad del día, además del propio encuentro como grupo, fue visitar el Museo de las MMB y tener un rato de intercambio y testimonio con ellas», señala Julio Cuadra de Misiones quien acompaña los cursos de formación que ofrece la diócesis de Bilbao (IDTP, Cáritas y Misiones).
«Hicimos camino con la comunidad de las Hermanas Mercedarias de Berriz, añade Maite Valdivieso del IDTP , descubriendo su origen, conociendo la figura de Margarita López de Maturana, su presencia en los 5 continentes, su historia de apertura, solidaridad, encuentro, ese hilo de “liberación” que han ido construyendo y que hoy sigue siendo motor desde el que dar sentido a su vocación misionera y mercedaria. La visita guiada al Museo, ayudó junto a los diálogos y las experiencias del hoy. En este camino nos acompañó Amaia Modrego misionera en el Congo durante 14 años».
Tras la visita, vimos el convento por fuera y conocimos algunos proyectos relacionados con el huerto ecológico que han preparado.
Por la tarde contamos también con el testimonio de Maria José Mercedaria de Berriz y Maria Jesús, laica seglar Mercedaria de Berriz, que transmitieron su experiencia en el Albergue de Huichapan en Hidalgo (México) donde se atiende a personas migrantes de paso, preferentemente hacia Estados Unidos. El albergue está al lado de las vías de tren conocido como “La bestia”, que es el medio que utilizan para “alcanzar sus sueños”.
Nos llegó especialmente como ellas habían vivido la petición de algunas personas, que desde su fe les pedían “la bendición” para emprender de nuevo camino, para poder subirse con Bien a ese tren y llegar al destino soñado. Son muchos los que lo intentan una y otra vez, muchos los deportados… «¿Cómo bendecir, cuando sabes de las dificultades, … pero es lo que podemos dar, nuestro deseo de que sus esperanzar se puedan cumplir y ofrecer este espacio de descanso donde retomar fuerzas «, así lo resumían María José y María Jesús.
Tras una mañana intensa, la comida compartida y la escucha de los testimonios, recogimos lo vivido durante la jornada en una oración sencilla. Algunas frases de lo que compartieron:
«Este día ha sido un espacio para resituar, revivir lo que hemos ido compartiendo en el curso, que retomas, recordarnos la necesidad de cambiar, de retomar opciones, vivir el mensaje del Evangelio».
«Nos ha removido por dentro, lo tenemos ahí, pero necesitamos recordarlo, actualizarlo…»
«Conecta con una “sensibilidad” que nos sitúa en otra perspectiva, desde la solidaridad, el compromiso, sino en el día a día “nos vamos a otras cosas”, “fuera”
«Esperanza, que sepamos poner esperanza allí donde estamos. Poder dar palabras de Esperanza, propiciar un futuro distinto.»
«Fortalecidas en esas ganas de poder hacer esa experiencia en lugares del Sur, poder formar parte de esa realidad»
«Apertura a la realidad, estar atentos, mirar la realidad descubriendo su profundidad»
«Agradecer la vida y la “intuición”, la fuerza, el espíritu de aquellas mujeres que fueron capaces de arriesgar, respondiendo a la vocación misionera, por poner en valor la dignidad de las personas. Hoy también hay mujeres que continúan ese camino.»
» Apertura, Acogida, Formación»
«Soñar, soñar nuevos modos y nuevos mundos, medios que ayuden a cambiar la realidad»
«Reconocer la dignidad de cada persona, cada una de las personas que viven esas realidades tan duras son personas con dignidad, que la reconozcamos, ese ponerse en pie frente a tantas situaciones y poderes que oprimen y encadenan».
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