El Equipo Misionero Itinerante –EMI- de Ecuador, ha escrito una nota de solidaridad frente al dolor del pueblo colombiano. Esta situación por la que están atravesando hoy los y las colombianas apela a nuestra solidaridad.
Los vientos de Los Andes anuncian la liberación de nuestros pueblos
América Latina es un solo Cuerpo, por eso nos duele Colombia hoy. Nos duele la brecha crecente entre pobres y ricos, la falta de respeto a los Derechos humanos, la brutal represión por los justos reclamos del pueblo organizado y la persecución y asesinato de sus líderes y lideresas. Nos indigna la falta de voluntad política del gobierno para un dialogo que lleve a la Paz basada en la justicia.
“He visto la humillación de mi pueblo… y he escuchado sus gritos cuando lo maltrataban .. Yo conozco sus sufrimientos, y por esta razón estoy bajando, para liberarlo del poder… y para hacerlo subir… a una tierra fértil y espaciosa (Ex 3, 7 ss).
Hoy Dios está mirando el sufrimiento del pueblo colombiano, está escuchando su clamor y está comprometido con su liberación.
Como humanos y como cristianos y cristianas no podemos quedarnos indiferentes ante esta violencia inhumana por parte del Estado capitalista neoliberal. El pueblo que reclama por sus derechos busca un proyecto de vida basado en la equidad, la solidaridad y el amor que constituye la comunidad.
María nos reveló a un Dios que frente a las injusticias, “.. deshace a los soberbios y sus planes. Derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes. Colma de bienes a los hambrientos y despide a los ricos con las manos vacías”. (lc. 1, 49 ss).
Que este cántico fortalezca el sentido de la lucha del pueblo colombiano y latinoamericanos.
Hermanas y hermanos colombianos su valentía, su dignidad y su firmeza nos llena de esperanza. Su sangre derramada es semilla del Reino de Dos. No están solos: somos un solo pensamiento, un solo corazón, un solo puño”.
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