Una persona colaboradora, que ha preferido permanecer en el anonimato, nos da más datos sobre el origen, el desarrollo y las causas de los estragos que está provocando el Covid19 en Ecuador.
«Si tenemos que describir cómo se ha manejado la situación de crisis y la pandemia provocada por la irrupción del Covid 19 (popularmente conocido como coronavirus) de parte de la mayoría de las autoridades del país podemos definirla con tres palabras: desidia, ineficiencia y corrupción.
Estas tres palabras se aplican con la mayor propiedad al Gobierno del Ecuador y al Municipio de Guayaquil, principales culpables de lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en el país. Hay también excepciones que es necesario rescatar como la Alcaldía de Quito, Cuenca y otras muchas ciudades, especialmente municipios pequeños.
El primer caso detectado en Ecuador fue el de una señora emigrante, originaria de Babahoyo en la provincia de Los Ríos, que retornó desde España y que, teniendo los síntomas de la enfermedad, estuvo de viaje por muchas zonas del Ecuador buscando su curación y que finalmente falleció el día 13 de marzo en un hospital del sur de Guayaquil sin recibir atención alguna; fue la paciente cero. La segunda fallecida fue una hermana suya que igualmente murió el día 14 de marzo en el mismo hospital. Los familiares de ambas mujeres denunciaron que nunca recibieron atención médica y que sólo los dejaron confinados en sus casas.
Este fue de acuerdo a los datos disponibles el origen de la pandemia. Inmediatamente los casos se multiplicaron, como ha ocurrido en muchos otros países, de forma exponencial. Otro de los focos fue una boda en Sanborondón donde asistieron más de 200 invitados, muchos de ellos venidos del exterior. De esta forma la ciudad más afectada ha sido Guayaquil donde los casos se han multiplicado de forma incontrolable, ya que muchas personas que normalmente habitan o trabajan en Guayaquil, pero que eran nacidas o tenían sus familias en otras provincias comenzaron a huir de la enfermedad, retornando a sus lugares de origen y esparciendo el contagio.
En estas circunstancias, cuando ya se sabía que había personas contagiadas desde el 29 de febrero, la noche del 10 de marzo el presidente Lenín Moreno anunció medidas económicas supuestamente para enfrentar el coronavirus y la bajada de los precios del petróleo. Entre las medidas adoptadas estaba la reducción del presupuesto en 1.400 millones de dólares, la supresión de cargos públicos y la reducción de salarios de los empleados del estado y reducción de impuestos. Por supuesto no hubo ninguna medida social y se puso el acento en la adopción de las típicas medidas neoliberales para cumplir las recetas del FMI,
No fue hasta el 16 de marzo el presidente de la república Lenín Moreno que en cadena nacional tomó medidas supuestas para preservar la salud de la población, como la petición de quedarse en casa y declarar un estado de excepción y un toque de queda desde las 7 de la noche hasta las 5 de la mañana. También prohibió la circulación del transporte interprovincial y decretó el cierre de todas las instituciones públicas. Es importante recordar en este punto que entre 2018, 2019 y 2020 el mismo presidente había recortado en un 30 % los recursos destinados a la salud pública y había despedido de un número igual de funcionarios; incluso había declarado un mes antes que no veía ningún sentido de mantener activos bastantes de los hospitales y centros de salud que había creado Rafael Correa.
El día 18 la alcaldesa de Guayaquil negó el aterrizaje de dos aviones en el aeropuerto de la ciudad, uno de Iberia y otro de KLM, bloqueando la pista con vehículos de la municipalidad. Estos vuelos contaban con todos los permisos y tenían como objetivo repatriar a cooperantes y personas de los países de la UE. Inmediatamente después se autodeclaró contagiada de coronavirus y se encerró en su casa. La mayor parte de las personas piensan que su presunto contagio es fingido y una estrategia para pasar de agache ante el abuso cometido.
El 20 de marzo la ministra de salud renunció a su cargo alegando que las personas encargadas de proteger la salud denunciaban la falta de recursos para atender a las personas enfermas, que no contaban con medidas para protegerse ellos mismos y garantizar su propia seguridad y que además se le imponía la contratación de personas y la asignación de recursos a dedo. Incluso cuando el IESS (la seguridad social ecuatoriana) anunció la compra de implementos se descubrió un negociado y sobreprecio en la compra de mascarillas, guantes, respiradores, etc.
Por si fuera poco el 23 de marzo el ministro de economía Richard Martínez anunció que se iban a pagar 320 millones de dólares de la deuda externa y declarar una moratoria para retrasar el pago de 200 millones más, que serían destinados a la lucha contra la pandemia. Esto se hizo a pesar que desde la Asamblea Nacional, municipios, consejos provinciales y sectores sociales se pidió declarar una moratoria total para el no pago de la deuda. Una vez más se priorizaban las políticas de ajuste por encima de la vida de la gente.
Hay 3 personas a las que hay que tener como referencia en esta crisis: el propio presidente que prácticamente ha pasado desapercibido/desaparecido en lo más álgido de los problemas, la ministra del interior María Paula Romo, ejemplo de prepotencia, abuso e incompetencia y el ministro de Economía del que ya hemos hablado.
La pandemia en Guayaquil empezó a salirse totalmente de control, las personas morían en sus casas o en las calles y los cadáveres quedaban insepultos. Las autoridades encargadas se retrasaban entre 3 y 5 días para retirar los cadáveres. Se calcula que más de 800 personas han fallecido en sus casas sin recibir ningún tipo de atención y sin siquiera haber recibido un diagnóstico que pudiera asegurar si tenían coronavirus o no. Por supuesto los casos más trágicos se han dado en los sectores populares como Mapasingue, los Guasmos, Monte Sinaí, etc.
Las personas fallecidas se convirtieron en focos de nuevos contagios, el proceso de descomposición, acelerado por el calor y la humedad existentes en Guayaquil, hizo que sus familiares optaran por sacarlos a la calles hasta esperar que llegaran las autoridades para realizar los levantamientos de cadáveres y los correspondientes certificados de defunción. Por otra parte, los cementerios y funerarias están colapsados; incluso, cuando una familia puede comprar su propio ataúd, no hay quien recoja y sepulte los muertos.
La noticia era muy fuerte como para poder ser negada, aunque durante muchos días el gobierno negaba que fuera cierta, señalando que eran noticias falsas o “fake news” que difundían loe enemigos del régimen. Incluso algunos de los doctores que al inicio denunciaron lo que estaba pasando, fueron despedidos y les cancelaron sus contratos. Finalmente, tuvieron que reconocer que había algunos casos, pero obviamente no cambiaron los datos de contagiados y fallecidos que aparecen en los registros oficiales.
A día de hoy (6 de abril) el Ecuador declara 191 personas fallecidas y 3.456 casos de contagios activos, pero sabemos que son muchas personas más las afectadas y fallecidas. Las promesas de entregar un bono de 60 dólares a las personas que carecen de recursos y de ataúdes de cartón para enterrar a los fallecidos en Guayquil no sólo llegan tarde, sino que siguen siendo más simples promesas que una realidad.
Es inconcebible que un país tan pequeño como Ecuador tenga una incidencia tan grande de la pandemia, siendo el más alto de Sudamérica junto con Brasil, que un 44 % del personal de salud esté contagiado y en muy grave riesgo.
En esta semana santa el pueblo del Ecuador está sufriendo su propia pasión que esperamos que un día llegue a una nueva Pascua de esperanza y solidaridad.
Itzi dice
Impresionante artículo que deja ver la incapacidad de las personas que nos gobiernan ante un hecho histórico sin igual. Necesitamos gente veraz que cuente lo que está pasando y que se tomen las medidas oportunas para que no sean, SIEMPRE, las mismas personas las que sufren, independientemente del problema que sea. Tenemos que dar voz a las personas empobrecidas. La salud es un Derecho Universal que tiene que verse garantizado antes que el pago de cualquier deuda,…. Gracias por este articulo
Misiones Diocesanas Vascas - Vitoria dice
Gracias a tí, Itziar, por tu comentario.