Estos días se está celebrando en Madrid el Congreso Nacional de Misiones, casi cuatro jornadas de ponencias, mesas redondas, comunicaciones y oración compartida entre las personas participantes.
Por parte de las Diócesis vascas ha acudido una nutrida representación encabezada por el obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla y formada por Merche Aguirre, José Ignacio Iturmendi, Anais Modrego, Inma Otxoa, Amaia Modrego, Fran Izquierdo, Elena Fernández del Castillo, Estibaliz Vea Murguía, Koldo Muro, Lourdes Sáenz, Conchi Ribera, Ángel María Gonzalez, Conchi Beñaran, Mertxe Aranguren y Joseba Bakaikoa, todos ellos y ellas (excepto Mons. Munilla y Amaia Modrego) en la imagen que acompaña estas líneas.
José María Calderón, director de Obras Misionales Pontificias, fue el encargado de dar la bienvenida a los presentes y Monseñor Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, en su cargo como Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, dirigió unas palabras dando por inaugurado el congreso.
La primera ponencia del congreso corrió a cargo del Rvdo. Guy Bognon, Secretario general de la obra pontificia de San Pedro apóstol. En la segunda parte, tuvieron la oportunidad de escuchar el testimonio de tres obispos en Misión, cada uno desde su realidad. El primero, Mons. Eugenio Arellano, Vicario apostólico de Esmeraldas en Ecuador, compartió de una manera muy afable y animada, cómo es la realidad de su vicariato, destacando sobre todo los aspectos positivos de los esmeraldeños, en su mayoría afroecuatorianos: su sentir, lo positivo de la realidad, su agradecimiento, su capacidad de acogida. Son muy “queredores”, dijo. Expresó con fuerza que quiere estar con los pobres y que tenemos que ser mas claros en nuestras posiciones para estar con los pobres.
Esperanza en África
Por su parte, Mons. Juan José Aguirre, obispo de Bangassou, en la República Centroafricana, país que está viviendo en guerra, -y que ha visitado recientemente las Diócesis vascas- expresó cómo vive su ser obispo en aquella realidad que le llevó, por ejemplo, a ponerse como escudo humano, junto a sus compañeros, para que no siguieran matando a la gente de su pueblo. Consiguieron salvar a muchos, pero tuvieron que enterrar a más de 30, cavando las fosas, pero en esa situación pudo sentir que Dios estaba ahí con la gente. “Dios estaba llorando”, compartía. Han acogido a 2.000 personas en la parroquia. En esa realidad sigue luchando por limpiar el odio, el rencor para construir la paz. El obispo de Bangassou destacó que las mujeres son decisivas para que esto sea posible. “Son mediadoras con los hijos, nietos, con la fuerza de la palabra”. Tiene esperanza en África.
También se pudo escuchar el testimonio de Mons. Miguel Ángel Ayuso, obispo de Luperciana, en el Chad, quien después de explicar la realidad del Chad, coincide con los otros dos obispos en que hay que estar con los pobres, con quienes sufren la injusticia del expolio de los recursos naturales para convertirlos en países empobrecidos. “Algunos intentamos ser profetas, unos nos escuchan, otros no.
En la segunda jornada la ponencia corrió a cargo de Joao Duque, de la universidad católica de Portugal con el tema: Dios, Trinidad y Misión. Después del descanso ha sido el momento de las comunicaciones en las que se ha podido abordar diferentes temas entre ellos: “Mujer y Misión”, “Asia reto para la Misión”.
La jornada del viernes concluyó con la ponencia arde “El mundo actual escenario de la Misión”, a cargo de Consolación Isart, de la universidad católica de Valencia. Y a continuación una mesa redonda con el título: “Responsables de nuevas realidades”.
A lo largo del fin de semana se sucederá el programa que concluirá en la jornada del domingo. Mas información aquí
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