Mons. Emilio Aranguren, de padres guipuzcoanos, pero cubano de nacimiento, es actual obispo de Holguín-Las Tunas y presidente de la Conferencia Episcopal cubana. De camino a Roma, ha venido a Donostia para saludar a la familia y ha ofrecido una charla-coloquio en el salón parroquial de Iesu de Donostia. El obispo local, Mons. José Ignacio Munilla le ha dado la bienvenida, pero ha sido Bittor Gorria, sacerdote guipuzcoano quien ha presentado un semblante del obispo cubano. De Mons. Aranguren ha destacado su esfuerzo por impulsar la coordinación y las comunidades, con la peculiaridad que estas tienen en Cuba. Se ha sentido muy vinculado al mundo rural estableciendo una relación de cercanía con el campesinado.
Desde hace 60 años, están centrados en lo que es la comunidad cristiana. La parroquia es comunidad de comunidades y desde ahí se intenta irradiar la fe y la caridad cristianas. Están trabajando mucho con el laicado, laicado que es fruto de un proceso de iniciación cristiana que se ha organizado con seriedad en parroquias y comunidades para que ejerzan su vocación específica en el mundo. En palabras de Mons. Aranguren, el laicado sabe que tiene que ser sal, luz y levadura en la familia, vecindario y en los hábitos específicos donde se mueve.
En Roma va a participar en la cumbre antipederastia a la que ha convocado el Papa a todos los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo.
Esta vez su visita ha sido breve, pero ha manifestado su deseo de regresar próximamente.
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