Cambia el mundo / Alda ezazu mundua es el lema para la jornada del Domund y una invitación que debe prolongarse más allá de la campaña. Estamos a tiempo para comprometernos por un futuro mejor. Siguen apostando por ello cientos de misioneras y misioneros de nuestro entorno. Puede servir como preámbulo a la jornada misionera la carta que nos escribía hace unos días desde Ruanda la misionera navarra Milagros Sanz. Su testimonio de vida misionera en el país de la mil colinas durante más de 50 años nos anima a luchar por ese otro mundo posible. Comenzaba su escrito haciendo referencia al Evangelio. Reproducimos aquí parte de su carta.
“Venid benditos de mi Padre porque tuve hambre y me disteis de comer…»
Sí, benditos los que saben empatizar con los que sufren, con los que han perdido todo… Benditos los que llenos de compasión se ponen en la piel del otro para comprenderlo, consolarlo y ayudarlo efectivamente.
Behar Bidasoa y en su nombre Agustín ya me había comunicado vuestra intención de ayudar a todos estos ruandeses y ruandesas a los que, viviendo ya en situación de precariedad, las lluvias torrenciales y las inundaciones han desprovisto incluso de lo poco que tenían (…)
Me presento: Me llamo Milagros Sanz. Soy navarra, miembro del Instituto Secular Vita el Pax in Christu Jesu, fundado por un sacerdote secular de Espinal y nacido en Pamplona en 1943.
Llegué a Ruanda a finales del año 1966, un año después de los sacerdotes de Fidei Donum de la Diócesis de Gipuzkoa, Navarra y Vic. Y como los ruandeses son referencia, interpelación y ayuda para vivir con más coherencia mi vida de consagración pues aquí me quiero quedar hasta que el cuerpo resista.
Los destinatarios de las ayudas que de un sitio y otro hemos recibido no saben cómo agradecer el poder comer una o dos veces al día. Ver las caras de satisfacción cuando se van con sus bolsas en la cabeza es todo un testimonio.
Os comento un poco cómo hemos organizado la ayuda:
- Estudio social para conocer las familias afectadas por las inundaciones, junto con los responsables de las Comunidades Eclesiales de base, Cáritas, párroco y dos seminaristas que estaban haciendo el stage de pastoral en ese momento.
- Elaboración de las fichas familiares. Y organización del fichero para hacer el seguimiento.
- Agrupación de las familias por poblados y organización de la distribución.
El estudio arrojó un resultado de 300 familias que necesitaban urgentemente ayuda de alimentos. En el proceso van surgiendo otros nuevos casos que necesitan apoyo alimentario si no queremos que su estado nutricional se deteriore todavía más. Este mes de septiembre ya hemos ayudado a los cuatro grupos, un total de 350 familias.
Gracias a todas las personas que hacen posible que el Pan se parta y se comparta.
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