El misionero bilbaino Benantzi Echevarria nos ha visitado hoy en la Delegación Diocesana de Misiones de Bilbao. Actualmente se encuentra de misión en Uganda.
Os ofrecemos esta carta integra que envío al periódico El Correo porque nos ha comentado que solamente le publicaron parte. Nos parece que él, que lleva 13 años viviendo en diferentes países de África, conoce muy bien la situación por la que tantas personas huyen buscando un futuro mejor.
“No me llames extranjero”
“No me llames extranjero porque haya nacido lejos o porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo.” Así empezaba su canción el poeta y cantautor Rafael Amor.
A menudo en nuestras conversaciones surge la pregunta de por qué hay tantos países en el mundo que no están desarrollados como el resto, y por qué sus habitantes quieren lanzarse a la aventura migratoria de llegar a Europa. Suele ser normal que alguien, mostrando aires de estar bien informado, se apresure a responder que esto se debe a que sus Gobiernos son autoritarios y corruptos, y además añaden que no siguen las adecuadas políticas económicas. En círculos comprometidos con temas sociales se nos explica, por el contrario, que el sistema internacional es en sí injusto y explotador, y que no permite, porque no le interesa, que los países más pobres salgan adelante.
Lejos de querer dedicarle más tiempo a la cuestión teórica, ante la llegada estos días de migrantes y refugiados a Bilbao, y que se espera que lleguen más, solo tengo tiempo de cantar con Rafael Amor su canción del extranjero: “No me llames extranjero si, en el amor de una madre, tuvimos la misma luz en el canto y en el beso con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho”. Y proclamo a los cuatro vientos que todo ciudadano universal tiene derecho a perseguir sus sueños legítimos, a tener una vida más digna y a buscar un futuro mejor para los suyos.
Quiero terminar agradeciendo el gran esfuerzo coordinado de Cruz Roja, Caritas, de las organizaciones Ongi Etorri Errefuxiatuak, etc., que están intentando en la medida de sus posibilidades que los recién llegados no escuchen la palabra “extranjero” como una “palabra triste, una palabra helada que huele a olvido y a destierro”. Y a nuestro alcalde el Sr. Aburto y a su consistorio les pido que representen bien a un pueblo que sabe acoger y que sabe estar a la altura cuando las necesidades de afecto y solidaridad así lo requieren moral o éticamente, como se prefiera usar uno u otro término.
Venancio Echevarria
Hno. Padre Blanco (Misioneros de África)
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