El último número de la revista Los Ríos recoge una entrevista a Ruth Elvira Sánchez, en la que habla de la figura de Monseñor Gonzalo López Marañón. Queremos publicarla también en la web cuando se cumple medio año de su fallecimiento en Angola.
“En camino” con Mons. Gonzalo López Marañón, qepd. Obispo emérito de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos -ISAMIS-, Ecuador.
ISAMIS: Esa cosa pequeñita que se llama COMUNIDAD”
Me llamo Ruth Elvira Sánchez Rosso, laica simple y llanamente, seducida por el Señor en esta Iglesia de San Miguel de Sucumbíos -ISAMIS- y cada día más enamorada de Él, de este pueblo y de este camino de Iglesia, desde hace 24 años, cuando llegué de Bogotá, Colombia, en 1992. Con 37 años, soltera y feliz, encontré lugar para compartir la vida y aspiraciones de gente campesina de manera cercana y ser parte de un equipo de vida. Viví como misionera laica de tiempo completo hasta 2009 en zonas y equipos misioneros muy diversos y luego… “de tiempo completo y medio” hasta ahora, como feligresa y misionera comprometida en Lago Agrio, y vinculada a la Federación de Mujeres de Sucumbíos -FMS-.
Trabajaste junto a Gonzalo en la diócesis de Sucumbíos, ¿Cómo lo conociste? ¿Cuál era tu tarea en la diócesis?
Llegué a un equipo misionero y al mes conocí al Obispo, Gonzalo. Le pedí quedarme para siempre: “Eso es problema suyo porque las puertas están abiertas”, respondió. En ISAMIS, Iglesia Comunidad, Ministerial, con Pastoral de Conjunto y con Gonzalo de pastor era imposible NO trabajar con él. Tuve luego oportunidad de compartir algunos tiempos y conversar largo con él en España en 2013 y en Roma algunas semanas antes de su entrevista con el Papa Francisco el 8 de febrero de 2014, con la quedó muy reconfortado y agradecido a Dios por la frase del Papa: “Usted tiene que resucitar”.
Mi tarea, como la de las demás personas en los equipos misioneros mixtos de vida, de la Pastoral Campesina en los que viví, era caminar con los dos pies y trabajar como equipo y cotidianamente con la gente pobre -casi toda era pobre-: Comunidades Cristianas y Organizaciones Populares, Evangelización y Dignidad Humana, lo espiritual y lo social, en síntesis uniendo fe y vida hacia la utopía de ISAMIS “Liberación integral de hombres y mujeres desde los/as pobres, por causa del Reino”. Siempre desde los/as pobres y con ellos/as.
¿Dónde estás trabajando ahora?
Estoy en la pastoral urbana desde la Parroquia del Divino Niño, una de las seis parroquias urbanas de Lago Agrio, soy del Consejo Pastoral Parroquial con los/as ministerios y el párroco. Hago parte de la organización de mujeres de Puerto Libre, donde viví cuatro años en la Casa de Espiritualidad -un sueño de Gonzalo hecho realidad- y de la Directiva de la FMS.
¿Cuáles eran las apuestas de Gonzalo para la diócesis? ¿Qué modelo de iglesia vivíais?
Palabras de Gonzalo en una carta escrita en Roma el 5junio2014, respondiendo a una mía:
“…Cuando llegué a Sucumbíos yo llegaba de fraile carmelita y como por connaturalidad, no se me ocurrió otra cosa que ponerme a formar una comunidad de carmelitas en “la casa de la loma” (hoy casa diocesana). Poco a poco fui entendiendo que si seguía así jamás habría Iglesia-comunidad: esto se llama intuición o sexto sentido de obispo. Un signo: y cuando la casa de la loma empezó a ser casa de todos tuvimos Isamis. A lo largo del tiempo fuimos tomando decisiones (mu …..chas) en esa coherencia y por eso pudimos llegar tan a fondo en lo que significa y conlleva ser hermanos-junticos en la comunión mayor de la Iglesia diocesana. Y por ahí creció Isamis (esa cosa pequeñita que se llama COMUNIDAD). Yo tuve mucho que ver en todo ese invento,pero conoces muy bien que, aunque me tocó llevar el timón en todas las playas y tormentas, había mucha más gente en la barca, y qué gente! Cómo se hace eso? Dios bendito!…”
Se tomó en serio el Vaticano II y el Magisterio de la Iglesia Latinoamericana, abierto al Espíritu y a los signos de los tiempos haciendo realidad e irradiando su vocación misioneray su amor a los/as pobres por preferidos/as de Jesús: Equipos misioneros mixtos, Economía de comunión, apertura a laicos/as: ministerios y misioneros/as, apuesta por fortalecer la iglesia local.
¿Cómo fue la salida de Gonzalo y por qué?
Su expulsión y exilio no voluntario de Sucumbíos, desde 2010, luego de 40 años de Pastor de esta Iglesia con nacionalidad ecuatoriana, y la posterior salida de los Padres Carmelitas son hechos tristese ignominiosos, que hasta la fecha nadie explica ni justifica. Un Obispo amigo al parecer le dijo: “La razón es que te tomaste el Evangelio demasiado en serio”. Éramos tal vez ya la única diócesis que quedaba con opción diocesana por CEBs en América Latina. Se quiso imponer una línea de Iglesia completamente opuesta y lograron dividirnos e imponer un conflicto que no era nuestro. Por eso hizo Gonzalo un ayuno de 24 días en un parque de Quito antes de dejar Ecuador. Desde 2010 hemos vivido como Iglesia local “la noche oscura colectiva” como gracia divina y vamos viendo las luces del amanecer… con Mons. Celmo Lazzari, como Obispo definitivo y ahora alentados por la fuerza de la Pascua definitiva de Gonzalo, a dar razón de su legado.
¿Qué destacarías de su trayectoria?
La provincia de Sucumbíos (desde 1989), antes parte de la provincia de Napo, fue haciéndose provincia de la mano de la Iglesia, las dos fueron creciendo entretejidas por un tejido social de participación, apertura, solidaridad, búsqueda colectiva de dignidad y derechos y convivencia pacífica: comunidades de fe centradas en Jesús, comprometidas con la realidad, valores del Reino. Gonzalo como misionero y como Obispo, desde su ser orante y místico,desde su profetismo, en consonancia con el momento eclesial y social, lideró, animó, pastoreó y se comprometió con esa construcción colectiva durante 40 años. Formábamos una gran familia diversa y armoniosa hasta 2010, dentro de las dificultades normales de un grupo humano. “ISAMIS, siempre en camino” solía decir él. El Sembrador, ejercía de pastor, cercano, misericordioso y pendiente del rebaño y de cada oveja, de cada equipo misionero, servicio pastoral, movimiento apostólico, de toda la realidad… desde prudente distancia, orando, oteando, sembrando y proyectando con alegría, creatividad y mística: nuevos caminos, nuevos pastos, fiesta… iglesia alegre en salida…
Palabras de Gonzalo en la misma carta desde Roma 5 de junio de 2014: “…aquí entra lo que hay de carisma carmelita en mí… (Ruth querida,) te diré que siempre he sido muy orante y por eso estoy donde estoy. Y por eso estoy dispuesto a continuar en este camino hasta la última sandalia, gracias a mi Dios…”
¿Qué podemos aprender de la vida, de las apuestas diocesanas de Gonzalo?
En palabras de algunas/os ministerios de comunidades de Sucumbíos en cartas a mano escaneadas a Gonzalo por su cumpleaños Nº 82, 3o de ctubre de 2015:
Delia Quezada, “…usted no está en persona con nosotros, pero vive en nuestros corazones, eso nos anima a seguir adelante, como usted nos decía a caminar con los dos pies y bien firmes…”.
Martha Torres, “…Gracias por esa linda herencia que nos dejó y nos da mucho orgullo transmitirla…”
María Jiménez, “…que sigas cumpliendo muchísimos años más para que nos sigas enseñando hacer (sic) comunidades vivas en la fe y seguidoras de Jesucristo…”¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
Palabras de Gonzalo en carta desde Luena, Angola 14 de marzo de 2016 (“Manda esta carta a quien te parezca”):
“…Así que da estos mis saludos «póstumos» a todas las socias y dirigentes de la Federación de Mujeres de Sucumbíos, bonita vanguardia de soñadoras y amigas, a quienes recuerdo con especial cariño…”
Y en la misma carta ante la noticia tan contundente de que los dos frailes carmelitas dejaban la misión de Calunda a mediados de abril para regresar a Brasil: “me dejó con los ojos en vilo, transpuestos en los «cielos nuevos y la tierra nueva» que me esperan. – Y usted que va a hacer ahora? me preguntaron, y les respondí con toda tranquilidad: – pues que yo me quedo aquí… Lo extraño es que no tengo miedo ni preocupación. Claro. «dame lo que me mandas y manda lo que quieras,» de San Agustín. Y en ésas estoy…”
Palabras de Gonzalo por teléfono vía skype, desde Oporto a Sucumbíos, 18 de abril de 2015: “…yo les animo a ustedes a ser fieles, a no fallarle a Jesús y que seamos de tal calibre, de tal calidad, que no nos rompa nadie la vida ni la esperanza…”
Misionero hasta el final y su espíritu sigue vivo en Angola, en Sucumbíos y en el corazón de quienes tuvimos la alegría de compartir la vida con este profeta y mártir Mons. Gonzalo.
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