Al cumplirse el segundo mes del fallecimiento de D. Miguel (09-08-2016), una de las personas que más cerca de él ha estado, durante los últimos años, el vicario general de la Diócesis de Vitoria, Fernando Gonzalo Bilbao, rememora varios pasajes de la biografía del obispo emérito de Vitoria y responsable de Misiones Vascas durante 15 años:
“El pasado 9 de agosto, al caer la tarde en Pamplona, D. Miguel Asurmendi, Obispo Emérito de Vitoria, culminó la entrega de sus setenta y seis años de vida poniéndose definitivamente en manos de Dios. Terminó sus días en la misma ciudad en la que había nacido el 6 de marzo de 1940.
Desde los años de su infancia sintió la llamada del Señor que lo invitaba a seguirle en la vida consagrada y como respuesta llegó a su profesión religiosa como Salesiano, el 16 de agosto de 1957. Diez años después, el 5 de marzo de 1967, recibió la ordenación sacerdotal. Sus estudios como miembro de la Sociedad de San Francisco de Sales, fundada por San Juan Bosco, se desarrollaron en Barcelona y Roma. Sus trabajos y responsabilidades como profesor, director de varios centros e Inspector provincial de la congregación salesiana en diversos lugares de Aragón y de Valencia. Los 33 años de vida y trabajo en las distintas comunidades de las que formó parte dejaron en él la huella profunda de quien es salesiano hasta la médula y como fiel hijo de Don Bosco profundo devoto de María Auxiliadora.
El Papa Juan Pablo II le llamó para un nuevo servicio en la Iglesia nombrándole Obispo de Tarazona, sede que en la antigüedad tuvo como pastor a San Prudencio de Armentia. El 30 de setiembre de 1990 D. Miguel recibió la ordenación episcopal en el Monasterio de Veruela. Permaneció al frente de aquella iglesia diocesana durante cinco años.
Más de veinte años de servicio episcopal en la Diócesis de Vitoria
El 8 de setiembre de 1995, el Papa Juan Pablo II le nombra Obispo de Vitoria y el 4 de noviembre de ese mismo año sucede en esta sede a D. José María Larrauri, siendo su obispo diocesano hasta el 8 de enero y Administrador Apostólico hasta el 12 de marzo del presente año 2016.
A lo largo de todo ese tiempo D. Miguel ha desarrollado su servicio de pastor llegando hasta los últimos rincones de una Iglesia diocesana que ha recorrido repetidamente en sus visitas pastorales. Visitas que hizo extensivas, también repetidamente, a los misioneros diocesanos al servicio de otras iglesias en América y África.
En sus atenciones cabe señalar especialmente el interés constante por los pobres y marginados y su apoyo a organizaciones e iniciativas eclesiales de respuesta a las situaciones y necesidades concretas. Junto a su identificación permanente con la acción de Caritas diocesana, recordamos su apoyo a los Centros de Cultura Popular promovidos por la Acción Católica, su respaldo a la Fundación Jeiki en la lucha contra las drogodependencias, la cesión de inmuebles para la instalación de un centro de acogida de menores extranjeros no acompañados gestionado por la Diputación Foral y de dos viviendas para inmigrantes jóvenes gestionadas por las comunidades de Escolapios y Corazonistas respectivamente…
Otra constante a resaltar en el ministerio pastoral de D. Miguel como Obispo de Vitoria ha sido su permanente preocupación por las cuestiones relativas la pacificación y la reconciliación social en el País Vasco. Han sido muchas y variadas las iniciativas, convocatorias, encuentros y publicaciones impulsadas o apoyadas en diversos ámbitos de la Iglesia diocesana o en cooperación con las otras diócesis hermanas como aportación eclesial al compromiso colectivo de gran parte de nuestra sociedad.
Tampoco debemos ignorar su interés y esfuerzo personal, desde el mismo momento de su llegada a Vitoria, prolongado durante varios años mediante clases particulares, por conocer y utilizar pastoralmente el euskera. Fue perseverante en el estudio de esta lengua para poder llegar a incorporarla dignamente incluso en las homilías de las celebraciones de carácter diocesano que presidia.
Planes de Evangelización y Remodelación Pastoral al servicio de la misión
Como pastor diocesano de Vitoria ha guiado a esta iglesia más de veinte años en tiempos de profundos cambios sociales y culturales buscando, con la colaboración corresponsable del presbiterio, de los miembros de la vida religiosa y del laicado los mejores caminos para vivir y anunciar hoy y aquí el Evangelio de Jesucristo. Los sucesivos Planes diocesanos de evangelización promovidos y aprobados por él son un testimonio de su esfuerzo por la renovación constante de esta Iglesia diocesana, anticipando unas líneas pastorales subrayadas posteriormente con fuerza por el Papa Francisco en la Evangelii gaudium. D. Miguel, en su último encuentro personal con el Papa, le presentó los materiales diocesanos Una Iglesia en salida en los que se constatan las coincidencias de su Exhortación y los Planes que han guiado durante esos años el impulso de renovación misionera de nuestra Iglesia diocesana.
El cambio social y eclesial está también en la raíz de la Remodelación pastoral promovida por D. Miguen en la Iglesia diocesana de Vitoria. La integración y coordinación de parroquias y otras plataformas de evangelización, tanto del ámbito rural como urbano, en nuevas Unidades pastorales han sido una respuesta necesaria para optimizar la organización y los recursos eclesiales ante los nuevos retos. Así mismo el crecimiento y la expansión de la población en algunas áreas de Vitoria-Gasteiz planteó la necesidad de nuevas plataformas de evangelización por lo que durante el episcopado de D. Miguel se han erigido cuatro nuevas parroquias en barrios como Lakuabizkarra, Salburua y Zabalgana, y un centro pastoral de misión –Berri Ona- en las periferias urbanas de Arkaiate-Larrein-Izarra.
Las perspectivas abiertas por el desarrollo de los sucesivos Planes diocesanos de Evangelización han dado lugar a la creación y renovación en la diócesis de diversos servicios pastorales. Así la constitución del Servicio Diocesano del Laicado para impulsar de la espiritualidad y acción misionera propia de quienes constituyen la mayoría del Pueblo de Dios y ofrecer el acompañamiento pastoral necesario en el compromiso transformador de la sociedad propio de los cristianos laicos. También la creación del Servicio de Animación Bíblica de la Pastoral para contribuir a cimentar en la Palabra de Dios la renovación de la vida y misión de las personas y comunidades cristianas.
En las iniciativas de organización pastoral aprobadas y respaldadas por D. Miguel, destaca especialmente su reconocimiento efectivo de la importante función de la mujer en la vida y misión eclesial como queda de manifiesto por los numerosos encargos y responsabilidades que como Obispo ha confiado a distintas mujeres poniéndolas al frente de diversos servicios pastorales y responsabilidades en organismos diocesanos: Enseñanza, Laicado, Matrimonio y Familia, Plan de Evangelización, Pastoral Penitenciaria, Administración, Patrimonio, Arte sacro, Inmuebles y Obras…
Un abanico de iniciativas y actividades diversas
Entre los muchos acontecimientos impulsados y vividos por D. Miguel en sus años como Obispo de Vitoria mencionaremos solamente algunas iniciativas y proyectos en los que participó con gran ilusión.
En el año 1997 estableció un convenio con la Diputación Foral alavesa para la creación del Museo Diocesano de Arte Sacro, ubicado en la Girola de la Catedral María Inmaculada e inaugurado el 30 de abril de 1999, donde se exponen de forma permanente una extraordinaria selección de obras de arte de diversos géneros y épocas.
En 1998 junto con la Diputación Foral de Alava y el Ayuntamiento de Vitoria se constituyó la Fundación Catedral Santa María para promover el estudio y ejecución de los trabajos necesarios para llevar a cabo una restauración integral del primer templo de la Iglesia diocesana. Los complejos trabajos previstos inicialmente para una década han despertado por su contenido y gestión abierta al público un extraordinario interés convirtiéndose un motor significativo dentro de los foros culturales, turísticos y económicos de Vitoria-Gasteiz en los últimos años. Los trabajos promovidos por la Fundación aún continúan, aunque el templo catedralicio fue reabierto al culto a mediados de del año 2014.
En otro orden de necesidades, D. Miguel impulsó el proyecto y la edificación de la Residencia Sacerdotal Joaquín Goichoecheaundía, abierta desde el año 2000, para acoger y atender adecuadamente en unas instalaciones amplias y bien equipadas las necesidades de los miembros del presbiterio diocesano ancianos o enfermos.
D. Miguel asumió también con especial interés el impulso de la última etapa de la causa de Beatificación, iniciada muchos años atrás, del arquitecto y presbítero diocesano D. Pedro de Asúa y Mendía, autor entre otras grandes obras del proyecto y director de la ejecución de las obras del Seminario Diocesano de Vitoria, asesinado en agosto de 1936 en un monte de Cantabria por su condición de sacerdote. Finalmente, el 1 de noviembre de 2014, en la cocatedral María Inmaculada, fue proclamado Beato en una celebración presidida como Legado Pontificio por el Cardenal Prefecto de la Congregación para la Causa de los santos.
El 150 aniversario de la creación de la Diócesis
A lo largo del año 2012, D. Miguel animó y presidió, el desarrollo del 150 aniversario de la creación de la Diócesis de Vitoria, erigida en 1862 para los tres territorios históricos del País Vasco y configurada nuevamente en 1950 tras la segregación de las nuevas diócesis de Bilbao y San Sebastián y la anexión de los territorios del Condado de Treviño y La Puebla de Arganzón hasta entonces vinculados a Calahorra. Esta conmemoración supuso la puesta en marcha de diversas acciones de carácter evangelizador, celebrativo y de servicio a los pobres.
Además de la participación del Obispo en las celebraciones de acción de gracias de todos los arciprestazgos de la Iglesia diocesana, D. Miguel encomendó la preparación de una Historia de la Diócesis de Vitoria, hasta entonces inexistente, a un equipo de profesores de la U.P.V., editándolo seguidamente el Obispado de Vitoria. Igualmente encargó la elaboración de un texto que ayudara a las comunidades cristianas a reflexionar sobre la realidad y misión propias de la Iglesia diocesana en el contexto actual. El trabajo se concreto en un pequeño libro titulado La cosa empezó en Galilea del que llegaron a distribuirse en el conjunto de la diócesis hasta 15.000 ejemplares.
Como memoria permanente de la celebración del 150 aniversario, el Obispo quiso promover alguna obra diocesana de carácter estable al servicio de los pobres y para ello asumió el Proyecto Ali etxea, iniciativa del equipo de la Unidad pastoral de Sansomendi transformando en un centro de acogida y reinserción de personas con problemas de exclusión social la antigua casa cural de la parroquia de Ali.
Participación en actividades interdiocesanas
Desde su propia responsabilidad como Obispo de Vitoria D. Miguel acogió y cooperó con interés desde el primer momento en las actividades pastorales promovidas conjuntamente con las diócesis de Pamplona-Tudela, Bilbao y San Sebastián. La preparación y publicación de las Cartas Pastorales recopiladas recientemente en el libro titulado Al servicio del Evangelio, la organización de Jornadas interdiocesanas de arciprestes y Reuniones de trabajo de los Consejos episcopales, los Encuentros con Superiores Mayores, la cooperación entre Secretariados y Delegaciones diocesanas de Catequesis, Pastoral de la Salud, Pastoral social, Enseñanza, Caritas…y otras áreas, las percibía y valoraba como una forma de enriquecer y potenciar la vida pastoral de la propia iglesia diocesana.
En cuanto obispo del lugar acogió en Vitoria-Gasteiz con interés la preparación y el desarrollo del Encuentro de Oración por la paz promovido conjuntamente por todas estas diócesis que tuvo lugar el 13 de enero del año 2001 en las campas de Mendizabala donde se reunieron más de 40.000 personas convocadas con el lema Entre todos PAZ para todos.
El 11 de julio de 2009 en la Iglesia Catedral María Inmaculada, D. Miguel presidió, junto con los Obispos de Bilbao y San Sebastián, y pronunció la homilía en la celebración del Funeral por 14 sacerdotes fusilados en 1936 y 37 en diversos lugares de la entonces Diócesis de Vitoria por los vencedores de la guerra civil. Unas fechas antes los obispos habían explicado y motivado esta celebración en un escrito conjunto titulado: Purificar la memoria, servir a la verdad, pedir perdón.
Obispo delegado para las Misiones Diocesanas
Desde su llegada a Vitoria, por decisión conjunta con los Obispos de Bilbao y San Sebastián, asumió la función de Obispo delegado para las Misiones Diocesanas sostenidas conjuntamente por estas iglesias desde el encargo inicial, realizado por la Santa Sede a la Diócesis de Vitoria en 1948, de la Misión de Los Rios, en Ecuador. Durante quince años consecutivos, 1995-2010 en los que tanto los misioneros como los mismos territorios de misión fueron evolucionando, D.Miguel desempeñó con ilusión ese servicio.
Cuidó especialmente la relación con los Obispos de los territorios a los que se enviaban misioneros y atendió la situación particular de los laicos y sacerdotes enviados. En todos sus años como Obispo de Vitoria acogió y envió como misioneros a cuantos sacerdotes y laicos se le presentaron sintiéndose llamados a esa tarea al servicio de otras iglesias en Angola y Ecuador. En el curso 1998-99 promovió la organización de diversos encuentros y actos conmemorativos de los 50 años de vida de nuestras Misiones Diocesanas.
En sus quince años como Obispo Delegado viajó en ocho ocasiones diferentes a Angola y Ecuador para encontrarse personalmente con quienes desempeñaban allí su misión. En el año 2005 le acompañé en una extensa visita a Ecuador, en la que además de Guayaquil, visitamos todos los centros que contaban entonces con misioneros enviados a las Diócesis de Machala, Los Rios y Porto Viejo. Mantuvimos largos encuentros con todos los equipos misioneros dialogando sobre su situación, sus proyectos y sus necesidades.
Numerosos miembros de institutos religiosos oriundos de la diócesis que trabajan como misioneros o misioneras en los mas diversos países, aprovechando sus periodos de descanso con la familia, han visitado con frecuencia, al Obispo de Vitoria y recuerdan como siempre encontraron en D. Miguel una acogida cordial y una ayuda generosa.
Despedida y partida inesperada
El 5 de marzo de este año 2016, la diócesis de Vitoria despedía a D. Miguel con gratitud y cariño, felicitándole por sus Bodas de Plata episcopales que poco antes había celebrado discretamente En esa misma fecha coincidía el 49 aniversario de su ordenación presbiteral y la víspera de su 76 cumpleaños. Estaba a punto de completar los 20 años, 4 meses y 8 días, de su servicio como pastor de esta Iglesia diocesana de Vitoria que peregrina en los territorios de Álava, Orduña y el Condado de Treviño. En aquel día, todos esperábamos y le deseábamos largos y felices años de vida como obispo emérito.
Pero el descanso de los trabajos apostólicos de D. Miguel, en Pamplona, como Obispo Emérito de Vitoria, ha sido corto. Inesperadamente ha partido de entre nosotros al encuentro definitivo con el Padre. Que Él recompense, como sólo Él sabe y puede hacerlo, la entrega servicial de una vida así.
Fernando Gonzalo Bilbao
Vicario General de la Diócesis de Vitoria
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