Texto escrito por el exmisionero Juan Ignacio Vara, tras la Misa Latinoamericana celebrada este pasado domingo, en Bilbao, en la que se recordó a todas las víctimas del terremoto en Ecuador. Juan Ignacio compartió vida y tarea en Ecuador durante más de 40 años:
«Éramos como 500 personas. Reunidas el domingo por la tarde para recordar, para celebrar, para abrazarnos. No solo ecuatorianos, pero sí la mayoría. El templo a rebosar. Jhonny es un cura guayaco que ha recalado como párroco por esta tierra vasca. Anima muy bien a un grupo que sigue cantando lo que, en las “serias” celebraciones de aquí, ya se ha olvidado. Repitió que, aunque recordábamos a los muertos, íbamos a celebrar la vida.
Camisetas con la bandera. Lágrimas. Niños que corrían con el chupachús en la boca. Estuve sentado entre la gente, “mi” gente. Cantando “mi lindo Ecuador” cuando llegó el momento. Con ganas de cantar “Manabí”, pero no estaba en el programa. Los ojos estaban prendidos del altar. Nos abrazamos al darnos la paz y los brazos se hicieron esperanza.
Luego, ya en la calle, un rato de silencio mientras se desplegaba una larga bandera en la que íbamos colocando los papelitos que tenían escrito un nombre. Y ahí sí, con un grupito que alguna vez estuvo por Ecuador, me puse a cantar “Manabí” y algunos me siguieron. Otros miraban asombrados de que alguien, con el pelo blanco, recordara aquello de “por la gracia de tus hijos, por tus valles, por tus montes, por tus amplios horizontes, te recuerdo Manabí.”
He regresado a casa con la bandera en el corazón. Desplegada. Y sigo cantando las estrofas que, estos días, me persiguen como olas».
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