…pero sí son todas las que están.
Con este titular queremos hacer referencia a la negativa que se ha dado desde el Consulado Belga en Lubumbashi, a que nos puedan acompañar los dos matrimonios de la R. D. Congo en la Campaña de San José de este año.
Para este año teníamos previsto que nos acompañaran tres personas de Ecuador (que ya están entre nosotros y nosotras) y cuatro de la R. D. Congo a las que se les ha denegado el visado por ser pobres. Una vez más el miedo ha cerrado las fronteras europeas y ni siquiera para dar testimonio sobre el trabajo misionero se les permite venir.
Al no tener recursos económico pensarán, supongo, que no vienen de visita, sino a quedarse… pensaran, quizá, desde las instituciones consulares, que una persona pobre no puede dar ningún testimonio. Lo cierto es que pasan los años y la historia se repite. No hace tanto que desde la embajada española en Ecuador, se les negaba la entrada por los mismos motivos (años 2004 y 2007) trastocando la campaña, desilusionando a los grupos de misiones, parroquias y colegios que esperaban su presencia tal y como ha ocurrido este año con las cuatro personas de la R. D. Congo.
Aún así, el sábado pasado se inició la andadura de la campaña con los grupos de misiones y solidaridad de Araba. Como en ocasiones anteriores, el pueblo de Dulantzi acogió este encuentro de presentación de las voces del sur de Ecuador y de la campaña de San José a los grupos. A pesar de la nieve, nos juntamos más de treinta personas en los locales parroquiales para dar la bienvenida a Bélgica Agurto, (agente de pastoral y miembro de comunidad urbana en Santa Rosa, El Oro), Flor María Torres (gerente de la Cooperativa de Crédito y miembro de comunidades rurales en Santa Rosa, El Oro) y Nilo Anchundia (sacerdote en Palenque, Los Rios).
A lo largo de las próximas semanas se harán presentes en diferentes parroquias y comunidades para transmitir su testimonio de trabajo en comunidad y oración viva, de vida compartida y lucha contra el empobrecimiento, de Diosito presente en el Evangelio y en las comunidades eclesiales de base.
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