Como tantas personas migrantes y refugiadas de nuestros días, la familia de Jesús se vio obligada a huir hacia Egipto.
El próximo 26 de enero será la jornada de la Infancia Misionera, una campaña en la que los niños y niñas serán los protagonistas. El lema de este año: “Con Jesús a Egipto, ¡en marcha!”, busca sensibilizar a los más pequeños sobre la realidad de las personas migrantes dentro del plan cuatrianual que se está llevando a cabo.
“Con Jesús a Egipto”. Este año vemos a Jesús Niño refugiado en Egipto, viviendo en carne propia el sufrimiento y la injusticia que afligen a los más débiles. Desde el principio Jesús conoce la oposición y la persecución, y también desde estos primeros momentos manifiesta cómo Dios opta por los pequeños. Esta es la gran esperanza que nos mueve a quienes somos enviados a transmitir al mundo el amor de Dios, como hacen los misioneros.
“¡En marcha!”. “En marcha” se ponen los misioneros y misioneras para anunciar a Jesús Y este grito es también para todos nosotros, para que no nos quedemos quietos, sino que salgamos al encuentro del otro de la otra persona y al encuentro de Dios.
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LOS PROYECTOS QUE APOYA LA INFANCIA MISIONERA TAMBIÉN SE PONEN EN MARCHA
Todo lo recaudado durante este año para la Infancia Misionera irá destinado a proyectos como:
Colegio de Primaria Mary Mother of God, en Karamoja, Uganda. La hermana Tsigereda Michael pidió ayuda para instalar una bomba de agua movida por energía solar. En el colegio hay 1.089 niños y la zona es semidesértica, habitada por comunidades de pastores donde hay escasez de agua. De hecho uno de los principales desafíos del colegio –algo que sería increíble en nuestros pueblos y ciudades – es lograr agua potable tanto para beber como para cocinar. Además hay problemas con la electricidad, por eso, la solución que han buscado ha sido, gracias a 5.000 dólares enviados por Infancia Misionera, aprovechar la energía del sol para sacar el agua de un pozo que ya tienen.
No muy lejos, también en Uganda, en la diócesis de Masaka Infancia Misionera ha invertido en la compra de tanques de agua para 10 pequeñas escuelas diocesanas. El problema son las sequías que en ocasiones afectan a esta región. El agua de lluvia es otra forma de afrontar la falta de agua y evitar que los niños beban agua de fuentes poco fiables.
Desgraciadamente afrontar el problema del acceso a agua potable es un tema recurrente en los proyectos que año tras año financia Infancia Misionera.
En Nigeria, al otro lado de África, se ha ayudado a poner toda la instalación de agua potable al colegio Holy Trinity de Apata, en el oeste del país. También se ha financiado otra instalación para el colegio de de las Hermanas del Corazón Inmaculado de María en Iwo, también en Nigeria. El colegio, abierto en 1990, no ha dejado de crecer y el sistema de agua potable se ha quedado pequeño para los más de 400 niños que asisten a las clases.
En la India, el St. Joseph’s school de Yelwala, en el sureste de este gran país, siempre ha tenido problemas de carencia de agua, hasta el punto de que tienen que llevar agua envasada al colegio. Gracias a la ayuda de Infancia Misionera se instalará un gran tanque con un sistema de ósmosis inversa para purificarla.
En Somonpara el padre John Kalamkuzhackal, de los Misioneros de San Francisco de Sales, solicitó apoyo para perforar un pozo e instalar un tanque de agua. Se trata de una parroquia nueva que cuenta con un colegio de primaria para 530 alumnos y un pequeño internado para 20 chicos cuyos padres viven muy alejados de la escuela. Esta nueva instalación evitará problemas cuando llegue la estación seca, que suele extenderse de noviembre a marzo. OMPRESS-UGANDA (20-01-20)
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