Joxe Mari Garmendia, Txamo, Hondarribiara iritsi zen joan den igandean Ekuadorren misio-lanari 23 urte eman ondoren.
Hogei urte luze eman dizkio Santa Rosan misio-lanari, baina ez da misiolari bakartia izan, lan-taldeko gizona da eta horrela jokatu du. Lehendik ere, Venezuelan pasatako urteetan ere beste apaizek eta laikoek osatutako taldean lan egiteko ohitura zuen.
Misiolarien harrobia ere zaintzen saiatu da bere etxera zihozen guztiei harrera ona eginez.
El sacerdote misionero Joxe Mari Garmendia, Txamo, regresó definitivamente a Euskal Herria el pasado domingo. Deja atrás una etapa misionera de 23 años en que se ha entregado en cuerpo y alma a las gentes de Santa Rosa (Ecuador). En todo este tiempo ha trabajado en equipo con otros sacerdotes y laicas y laicos tanto de aquí como agentes de pastoral orenses que han acompañado a las Comunidades Eclesiales de Base, a la Pastoral Juvenil… Ese trabajo en equipo con laicos y laicas ya lo había vivido en la anterior etapa misionera que tuvo lugar en Venezuela.
Desde los diferentes equipos pastorales se han impulsado algunos proyectos de desarrollo que han contribuido a mejorar las condiciones de vida de las personas. De trato cercano, ha brindado siempre una cálida acogida a jóvenes y no tan jóvenes que llegaban al convento parroquial de “El Calderón” con el objetivo de tener una experiencia misionera o de campo de trabajo. Se ha esforzado por que esas experiencias más cortas fueran buenas para poder crear cantera misionera y, en algunos casos, ciertamente lo consiguió. También hubo alguna laica que, tras su paso por la parroquia de “El Calderón” y, habiendo trabajado en equipo con Txamo, afirmaba a su regreso de Ecuador que ella había ido a Santa Rosa como cooperante, pero había vuelvo misionera, palabras que hablan por sí solas de una transformación que se había dado en contacto con el equipo y las gentes de Santa Rosa.
En estos momentos se encuentra en Ibarra, la localidad guipuzcoana que le vio nacer. Se merece un buen descanso rodeado del cariño de su familia.
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