El pasado sábado, día 8 de Octubre se realizó en la parroquia de San Joaquín y Santa Ana de Vitoria el tradicional encuentro de Animación Misionera de las Diócesis de la Zona Norte (Bilbao, Calahorra y la Calzada – Logroño, Pamplona – Tudela, San Sebastián y Vitoria)
Bajo el lema “Saliendo al Encuentro – Elkarren bila” la Delegación de Misiones de Vitoria convocó a agentes de pastoral, grupos de misiones y solidaridad, catequistas, misioneros regresados y voluntariado misionero a un encuentro para profundizar en el drama que están viviendo en estos días las personas refugiadas.
El encuentro dio comienzo con el saludo de la Directora de OMP en Vitoria, Dña. Estíbaliz Vea Murguía. Tras la oración inicial y las palabras de acogida del nuevo Obispo de Vitoria, D. Juan Carlos Elizalde, se dio comienzo al encuentro con la conferencia de D. Javier Galparsoro, presidente de CEAR Euskadi, que nos dio luces sobre la opaca situación actual de las personas refugiadas en todo el mundo. Las circunstancias que les obligan a huir, las dificultades que afrontan y, en los últimos años, la vergonzosa actuación de los líderes políticos mundiales (incumpliendo los principios básicos de acogida a las personas refugiadas).
Tras una breve pausa con café y galletas de comercio justo, se dio paso a las “Mesas de Experiencias” donde los participantes del encuentro pudieron elegir entre cinco espacios distintos en los que se trataron distintas realidades de las personas refugiadas. Desde la experiencia de personas misioneras que trabajan en campos de refugiados, hasta el testimonio directo de personas refugiadas que viven actualmente en nuestras ciudades.
Finalmente, tras el almuerzo, se dio paso a la presentación de los materiales que se están utilizando en la campaña misionera del Domund de este año. Bajo el lema “Sal de tu tierra – Irten zeure herritik” se quiere resaltar el valor de desapego de las personas misioneras presentes en el mundo.
La oración final del encuentro se centró en una poesía del sacerdote y misionero Benjamín Respaldiza de la que extractamos los siguientes párrafos:
Salir,
del limbo en el que estamos instalados,
de la cansina siesta de la tarde,
del grueso muro que protege las temores,
de uno mismo dejando los tabardos.
…al encuentro
de un pariente que no lleva tu apellido
a quien la guerra le cayó muy sin quererlo
y fue desplazado bruscamente al vacío;
Hay mucho sufrimiento a la deriva
esperando descubrir cualquier orilla.
…y aprender
de sus ojos que horadan las tinieblas,
sus heridas abiertas y encendidas,
sus manos que labran una espera,
sus palabras que acercan la distancia.
Tú nos necesitas
es Dios, tu obra, la que está en juego y quieres
que pongamos las manos en la masa,
que calcemos nuestros pies y caminemos,
que todo está ya a punto y nos esperan,
nos esperas, porque ahora ya es el tiempo
y nuestra vida solo es si es misionera.
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