Ayer tuvo lugar en el palacio Euskalduna de Bilbao, un acto de reconocimiento a todas las personas y organizaciones que, a lo largo de los últimos 30 años, han trabajado por una cooperación al desarrollo de calidad, por la transformación de la sociedad.
Durante el acto, se recordó, a las instituciones, organizaciones, a las y los cooperantes, al voluntariado, … hubo un recuerdo también a quienes dieron incluso su vida por trabajar por la justicia. Se nombró a los misioneros Isidro Uzkudun y José Ramón Amunarriz, también a Monseñor Labaca e Inés Arango entre otros.
Son 30 años dando pequeños pasos pero que a lo largo del camino van dejando huella.
En 1988, 11 ONG de desarrollo, entre las que se encontraba Misiones Dicesanas Vascas, formaron la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi. El objetivo era actuar de manera coordinada y reflexionar, dialogar y trabajar para que sus intervenciones fueran coherentes, adecuadas y eficientes. Las instituciones públicas, fruto de la demanda de la sociedad, comenzaron a destinar presupuesto para cooperación al desarrollo, y a diseñar sus propias políticas e intervenciones con ese fin.
Misiones Diocesanas Vascas participó de manera muy activa en este comienzo. Es justo nombrar a Iñigo Iriarte, director de Misiones Diocesanas en aquellos años de intenso trabajo y a los equipos de las delegaciones.
Hoy, son ya 80 las organizaciones que forman la red y juntas promovemos una cooperación vasca para el desarrollo de calidad, contribuimos a la transformación de la sociedad, a fomentar una cultura de la solidaridad, y a impulsar el cambio de estructuras que generan pobreza y desigualdades. Las políticas de cooperación en Euskadi también cumplen 30 años. Hace tres décadas, como sociedad asumimos un compromiso y decidimos que desde Euskadi debíamos prestar atención a lo que ocurría fuera de nuestras fronteras, para que el dolor ajeno no nos fuese indiferente.
Aun teniendo muchos retos por delante, son muchos los avances logrados. Hemos aprendido que lo que ocurre en nuestro entorno está relacionado con otros lugares del mundo. Que para que unas personas vivan en la opulencia y el exceso, otras tienen que hacerlo en la escasez y el empobrecimiento y sufrir sus consecuencias. También que si las mujeres y los hombres no tienen los mismos derechos, oportunidades y capacidad de decisión sobre sus vidas, no es posible cambiar nuestra sociedad.
La cooperación es mucho más que euros y presupuestos, y detrás de las políticas públicas estamos las personas que necesitamos ir a la escuela, tener acceso a la salud, al agua potable y a vivir una vida feliz y libre de violencia. Constatamos que ninguna persona es ilegal, ilegales son las causas que provocan la pobreza y las desigualdades. Sabemos que la justicia y la solidaridad son las claves para cambiar el mundo.
Hoy seguimos participando en la coordinadora aportando nuestra mirada, nuestra ilusión y trabajo.
ZORIONAK!!
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